Descripción del libro




El libro no es sencillo de describir. Distintos lectores han hecho de él descripciones tan dispares que quizás sea esta policromía su principal característica.


 La mayoría de los lectores testeados, a su vez, coinciden en que el libro invita a la reflexión y funciona como un disparador de ideas, sin importar cuánto se comparta la ideología del autor.  

“Dicen que este es un libro mágico. [...] Posee la propiedad de decir distintas cosas a distintos lectores, como si una extraña niebla separara lo que se lee y lo que se piensa.”

El libro critica la esencia misma de la razón, de la matemática, de la lógica, de la causalidad.

El problema para acceder a la verdad
no son las mentiras sino las convicciones.

Friedrich Nietzsche

“Occidente sostiene que el dilema, la división de aguas, pasa por elegir o bien la lúcida razón, o bien el dogma supersticioso. Yo sostengo que la razón es también un dogma supersticioso.”

El libro también afronta la paradoja de criticar al propio lenguaje: 

“Aquí intento ensayar que este lugar desde el que yo escribo y ese lugar desde el que usted me lee son lugares básicamente artificiales, vacíos, caretas. Las palabras sólo sirven para lo que tiene poca importancia. Uno puede comprender el mundo grande cuando se han acallado las palabras.”  

La palabra fue y será sonido hueco.
Albert Einstein

El libro critica a la ciencia occidental y analiza dos ejemplos de errores científicos: la cirugía de amígdalas y el agujero en la capa de ozono. Propone que la actual creencia acerca del calentamiento global también está empapada de distorsiones típicas de nuestra cultura. 

“Algo aquí se complace cuando se prevé un futuro negro. Los malos pronósticos tienen en nuestra cultura una aprobación a priori, como si confirmaran una sospecha que todos ya teníamos.”  
 
Quizás la principal idea del libro se refiera a los desencuadres que produce basar nuestra identidad en el Yo:  

“El occidental cree que él es solamente su Yo. Sin embargo, aquí sostengo que el Yo es apenas un desdoblamiento interior del ser humano, un artificio, un satélite, una fantasía que intenta manejar teóricamente algunos aspectos del ser humano completo, el cual es un mamífero superior que sostiene a cada instante percepciones sutiles, procesos de pensamiento inconsciente e infinidad de funciones biológicas, emocionales y afectivas que el Yo ignora casi por completo.”  
 
El pensador es un ente ficticio, una ilusión de la mente.
Jiddu Krishnamurti  

La principal propuesta del libro quizás se refiere a aceptar que somos un animal espiritual (el “Self”) en quien –ensayo– reside nuestra esencia:  

“El Self es el capitán, el alma, el misterioso, el sabio emotivo, el niño que juega en nosotros, el animal encariñado, ‘el hombre intuitivo desbordante de alegría’ (Nietzsche), el único que tiene consistencia y sentido.”  

Todo mi yo es cuerpo.
Y el alma no es sino el nombre de algo propio del cuerpo.
Friedrich Nietzsche  

Las trampas de Occidente fundamenta y profundiza esta posibilidad con la expectativa de que el lector encuentre luego sus propios caminos:  

“Al poner el centro en un animal emocional que está entrañablemente unido a los otros seres del cosmos, estoy abriendo puertas y ventanas para que vuelva a entrar el aire fresco del espíritu a todos los rincones de Occidente. Al castigar los procedimientos occidentales de rigidización y negación estoy tratando de generar el silencio y el vacío que puedan recibir las novedades lozanas del espíritu.
Le estoy diciendo que usted todavía no ha escuchado las mejores melodías, lo estoy empujando a que vuelva a aguzar sus oídos, los suyos de cartílago, esos exactos que usted tiene. Yo apuesto a lo que usted escuchará. Occidente ha preferido enseñarle cómo era la melodía exacta que usted debía escuchar.”  

El libro, por momentos, es muy vehemente y critica con dureza a la cultura “culta” de Occidente:  

“Occidente puso como protagonista un cierto acartonado espíritu y nos obligó a prestar atención sólo al escenario de la espiritualidad oficial (la religión y el arte ‘culto’). Esto produjo que lo espiritual ya no pueda sorprendernos por detrás de las butacas ni asombrarnos en los rincones más vulgares. ¡Pero es así como se manifiesta el espíritu!”  

Si bien el libro es formalmente correcto y tiene un riguroso tratamiento del lenguaje, despliega un estilo acorde con su posición crítica, de modo que no usa la lógica ni los argumentos dialécticos para solventar sus puntos de vista. Mucho más: alerta varias veces al lector de que no tome muy en serio lo que está leyendo. La filosofía propuesta en el ensayo es practicada por el propio autor también por la forma en que impulsa al lector a posicionarse frente al libro.  

“Recuerde que estoy jugando. No soy un pensador serio. Creo que cualquier pretensión de coherencia aniquila la posibilidad de comprender.”  

Aunque muy apoyado en la Psicología y la Biología, el planteo del libro es de índole filosófica. Así, no parte de ningún dogma ni utiliza principios mágicos para fundamentar sus análisis (como, por ejemplo, la existencia de Dios o de una “Inteligencia” superior o Tao). 

Cualquier cosa que digan de Dios es falsa.
Meister Eckhart  

Los libros de autoayuda o filosofía moderna dan por descontadas algunas premisas: que de lo que se trata es de ser feliz, que tenemos que ser responsables, que existe un bien y un mal, que debemos cambiar, etc. En Las Trampas estas premisas se cuestionan.

La ideología del libro es amiga de Nietzsche, Krishnamurti, Einstein, Carl Gustav Jung, Wilhelm Reich, Fritjof Capra, Fritz Perls. Pero también es divergente de cada uno de ellos en temas cruciales.
El autor no se apoya en citas bibliográficas para solventar sus posturas, aunque se hace acompañar por 150 pensadores y artistas, a través de 440 citas.
Con numerosas citas aparecen Nietzsche, Krishnamurti, Einstein, Jung, Mónica Cavallé, Thérèse Bertherat, Herman Hesse, Wilhelm  Reich, Fritjof Capra, Eckhart Tolle, Lin Yutang, Lewis Carroll, Ernst Cassirer, Fritz Perls, Robert Louis Stevenson, Shakespeare,  Rabindranath Tagore y Kahlil Gibrán.
Con menos apariciones figuran Pitágoras, Heráclito, Aristóteles, Confucio, Lao Tsé, Nisargadatta, Cervantes, Miguel Ángel, Chopin, Beethoven, Meister Eckhart, Baruch Spinoza, Rousseau, Darwin, Chesterton, Edgard Rice Burroughs, Blaise Pascal, Oswald Spengler, Whitman, Emerson, Max Weber, C. S. Lewis, Bernard Shaw, Unamuno, Machado, José Ingenieros, Leopoldo Lugones, Roberto Arlt, Borges, Sábato, García Márquez, Octavio Paz, Saramago, Sándor Márai, Schopenhauer, Sigmund Freud, Lipovestky, Aldous Huxley, Desmond Morris, Paul Watzlawick, Thorwald Dethlefsen y Rüdiger Dahlke, John Pierrakos, Alice Miller, Pierre Grimal, Osho, Deepak Chopra, Anais Nin, Liz Greene, Ken Wilber, Norberto Levy, Gonzalo Suárez, Atahualpa Yupanqui y Alejandro Dolina, entre otros. También hay frases de la Biblia y el Popol-Vuh.
Además, se presentan frases de personalidades como Giacomo Casanova, Charles Chaplin, Luis Buñuel, Nelson Mandela, Jacques Cousteau, Gabriela Sabatini y Soledad Pastoruti.
Se incluyen fragmentos de letras de canciones de Mocedades, La Oreja de Van Gogh, Eladia Blázquez, Marilina Ross, Pedro Aznar, León Gieco y Sandro.

Las trampas de Occidente empuja al lector fuera del libro. El ensayo no conduce a sí mismo ni a ninguna teoría o doctrina. Se autodefine como efímero.  

“El lector habrá aprovechado quizás unos instantes la discutible luz de estas páginas para presentir sus próximos pasos. La vida vuelve a renacer. Los próximos capítulos los escribirá el lector.”

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